25 marzo 2011

¿Una copa?

En el siglo XVIII, se introducía la prohibición de venta y consumo de alcohol en la Constitución de los Estados Unidos y desde hace algunos años, se están produciendo versiones renovadas de esta Ley Seca. La “ley seca parcial” se aplica en aquellos países donde se regula y se limita la venta de alcohol, aunque se sigue considerando como lícita.

En España, esta regulación corresponde a las Comunidades Autónomas, las cuales se centran de manera especial en reducir el consumo de los jóvenes mediante las famosas leyes antibotellón. La última novedad en esta lucha contra el consumo juvenil nos viene dada por el Tribunal Supremo, quien estima necesaria la prohibición de publicidad de bebidas alcohólicas.

Centrándonos en Galicia, a pesar de que el principal sector a proteger y regular han sido desde siempre los menores de edad (Ley 11/2010), los gobiernos de las más relevantes ciudades gallegas han adoptado diferentes posturas para terminar con el ruido que genera la reunión de cientos de jóvenes en la vía pública, que molesta cada fin de semana a los vecinos de las zonas concurridas: A Coruña y Santiago deciden prohibir la venta de bebidas alcohólicas entre las 22:00 y las 8:00, bajo la amenaza de sanción monetaria. Por otra parte, mientras que Vigo ha elaborado una Ordenanza que no permite la concentración de personas en espacios abiertos cuando se considere que perturban la pacífica convivencia ciudadana, Pontevedra habilita un “botellódromo” restringiendo el consumo a esa zona.

Ourense ha sido foco de numerosas críticas por la falta de medidas concretas. Sin embargo, desde hace algunas semanas podemos ver en gasolineras y 24H los carteles de “prohibida la venta de alcohol desde las 22:00 hasta las 9:00”, que trata de dificultar la obtención de bebidas en horario nocturno para evitar dichas reuniones.

Desde nuestro punto de vista, consideramos esta medida ineficaz, puesto que si los jóvenes no pueden conseguir la bebida en este horario, simplemente cambiará su hábito de compra. La política más adecuada sería aplicar el principio de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, es decir, el principal problema del botellón es la molestia auditiva que genera y son conscientes de que la simple prohibición de reunión no traerá consigo su efectivo cumplimiento, lo más lógico sería habilitar unas zonas especiales donde se permita esta práctica y la molestia se minore lo máximo posible.

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